Los antecedentes históricos definen que Ceibas fue creado el 13 de abril de 1849 a través de la Nueva División Departamental establecida por Urquiza que en su Art. 8° establece que el “Departamento de Gualeguaychú: su territorio desde la barra de Gualeguay, Paraná abajo, hasta la barra del Gualeguaychú, comprendiendo la villa y suburbios, y los distritos Sarandí, Costa del Uruguay, Dos Hermanas, Alarcón, Cuchilla Redonda, Talita, San Antonio, Genacito, Campo Florido, Perdices, Ceibas”.
Estos datos nos dan una fecha de creación, pero no se conoce con certeza y no hay un antecedente que nos permita fechar la fundación de esta localidad, su crecimiento demográfico, se dio a partir del año 1959 de una manera muy particular como consecuencia de la gran inundación registrada ese año.
En sus inicios, la Estancia La Peregrina de los Berisso Hnos., fue la que mayor territorio tenía alcanzando a mas de cuarenta mil hectáreas y de ello, se deprende un loteo realizado en las cercanías de la Escuela Nacional N° 126 y de la traza de la ruta nacional N° 12. Estos lotes se fueron entregando a los empleados que poco a poco cesaban de sus puestos de trabajo por razones de la edad, es decir se jubilaban y se les asignaba un terreno donde iban asentando sus casas.
Ceibas, tiene una particularidad en cuanto a su crecimiento poblacional ya que este se fue dando en función de las sucesivas inundaciones provocadas por las crecidas de los Ríos Uruguay y Paraná, que obligaba a la gente a trasladarse a esta zona mas alta que la que tenían sus hogares y a su vez facilitaba la llegada a los centros de población mas grandes, ciudades que ofrecían otras alternativas y aquí se quedaban hasta que el agua se retiraba.
Mientras tanto, la gente se asentaba como podía, con una casillita de madera, una casa hecha con chorizos de barro, un nylon como techo, chapas de cartón, etc. y se las arreglaban para sobrevivir de la caza o la pesca mientras entablaban relaciones con los vecinos ya sea por ayuda o por la simpleza de las interrelaciones humanas vinculando en muchos casos a los hijos que al retirarse el agua, lo padres regresaban a sus hogares, mientras que en esta localidad se constituía una nueva familia.
El hecho de constituir una nueva familia, conllevaba a que se alzara una nueva casa, un nuevo vecino nacía en este pueblo, por lo que se debía trazar un nuevo lote y fijar un nuevo hogar en la constitución de una nueva familia
Los primero asentamientos se dieron en la zona de la Escuela N° 12, y sobre la margen del camino vecinal que unía Ñancay con Médanos, siendo las primeras familias que habitaron esta zona los Castel, Lencina, Cepeda, Ancherama, Blasich, Bassin, Traba, Olano, Lovaiza, Migueles, Telechea, Lemes, Suarez, Rojas, Ramos, y otro tantos mas.
Su sistema de gobierno hasta el año 1999, estaba bajo el dominio de una Junta de Gobierno que dependía del Ministerio de Gobierno Justicia y Educación de la provincia de Entre Ríos, año en el que su sistema de Gobierno se eleva a la categoría de Municipalidad de Segunda Categoría a cargo de una Junta de Fomento y se crea la Municipalidad de Ceibas mediante el Decreto 2187/99.
El departamento Islas de Ibicuy es creado mediante la ley provincial N° 7297 del 7 de mayo de 1984 con la parte sur del departamento Gualeguaychú. Por un decreto de 1986 se divide el nuevo departamento en 4 distritos.
La parte cedida del distrito Alarcón de Gualeguaychú forma parte del distrito Médanos, la parte cedida del distrito Ceibas forma el distrito Ceibas, excepto una parte incorporada al distrito Médanos, y la totalidad de la sección Islas se divida en los nuevos distritos Paranacito (se corresponde casi en su totalidad con el ejido de Villa Paranacito) e Ibicuy del nuevo departamento.
Con la creación del municipio de Ceibas, se incorporada a su ejido una parte del distrito Médanos del departamento Gualeguaychú. El sector queda incorporado al distrito Ceibas del departamento Islas del Ibicuy.
Esas tierras, según algunos lugareños, pertenecieron al imperio territorial de Justo José de Urquiza, pero ya estaba en manos de un lugarteniente suyo de apellido Rojas cuando, en 1868, surgió el casco de la Estancia “La Azotea”.
Tiene el aspecto feudal de las ostentaciones arquitectónicas de mediados del siglo XIX, con amplias galerías y la gran sala usada para las vanaglorias familiares de fines de siglo.
Su diseño es una especie de U que encierra un patio interior decorado con viejo aljibe, todo coronado por una terraza con parapetos defensivos y huecos para disparar contra asedios pasados (las últimas caballerías tribales, el frenesí de las montoneras y otras tropelías de la inacabable guerra interna).
Una torreta por encima de la azotea perdió su utilidad vigilante, pero le consolidó el perfil de señorío.
A sus pies sobra humedad para que la lujuria vegetal libere exageraciones forestales en las diez hectáreas del parque: a un paso apenas se puede cruzar, como en una indagación darwiniana, la brevedad de un bosque subtropical, verdaderamente exuberante.
A 160 kilómetros de la City, esta estancia es un buen punto de partida para cabalgar por los esteros.
A una hora y media de Buenos Aires -o algo más- los consumidores del turismo rural quedan fascinados.
Los que llegan hasta la estancia por primera vez ignoran que la autopista se terminó hace poco tiempo (dos manos con doble vía desde Zárate Brazo Largo hasta Ceibas y concentración de alumbrado en los desvíos intermedios, que facilita el regreso).
La Azotea asoma frente al cruce carretero de Ceibas, puerta vial de Entre Ríos, en medio de un vergel con ondulaciones, esteros y arroyos.
Ceibas fue recientemente designada zona del mayor privilegio ornitológico en estas latitudes, y basta dar con el primer monte a mano para sentirse afortunado, más aún si se es portador de un par de prismáticos.